La Policía desactiva los explosivos de la casa del asesino de Denver

Expertos durante los trabajos en la casa del sospechoso. | Reuters
Mientras Estados Unidos llora este sábado la muerte 12 personas en el tiroteo del viernes en un cine de Aurora, los agentes especiales y artificieros han conseguido eliminar "las principales amenazas" en el apartamento del sospechoso de la masacre, James Holmes.
Alrededor de las 14.00 horas (20.00 hora española), los artificieros hicieron una detonación controlada para desactivar una de las trampas con cables que Holmes había colocado en su casa.
Según fuentes del departamento de policía de Aurora, "la detonación controlada fue un éxito y las principales amenazas han sido eliminadas", aunque aún deben extraer del edificio los aparatos explosivos que presumiblemente estaban desplegados.
Pese a que la detonación sólo produjo un ruido, los agentes extremaron las precauciones, ya que según informaron "el dispositivo estaba diseñado para matar a las personas que entraran", mientras que por el momento los artificieros siguen operando con cautela para detectar los posibles explosivos que esconda la vivienda.
En las fotografías tomadas antes de la detonación con cámaras manejadas por control remoto pueden apreciarse recipientes llenos de explosivos y productos químicos conectados con interruptores y cables-trampa, ha explicado el jefe de policía de Aurora, Dan Oates. "Personalmente nunca he visto nada parecido a lo que nos muestran las imágenes ahí dentro", ha explicado Oates en rueda de prensa.
Los explosivos que dejó el asesino en su piso, ubicado en el barrio más pobre de Aurora y con mayoría hispana entre sus residentes, obligaron a las fuerzas de seguridad a evacuar el edificio el mismo viernes. Sin embargo, las evacuaciones han continuado este sábado y ya son cientos de personas las que han tenido que abandonar sus casas. Muchos han optado por marcharse con familiares, otros se han acudido a una escuela -gestionada ahora por la Cruz Roja- para tener un lugar en el que comer y dormir.
Apoyo psicológico
Para asistir a los recién llegados al centro educativo, Cruz Roja cuenta con "tres expertos en psicología y una enfermera. Además, les damos tres comidas al día, tenemos bebidas y aperitivos y duermen en literas en el gimnasio de la escuela", cuenta a ELMUNDO.es Patricia Billinger, jefa de prensa de la Cruz Roja en la región.
Durante este fin de semana, se ofrece en dos institutos de enseñanza secundaria de la ciudad cercana a Denver apoyo psicológico a los afectados, mientras las banderas ondean a media asta. En la noche del domingo se celebrará un rezo conjunto ante el centro comunitario local, según han informado medios locales.
A medida que pasan las horas, cada vez se conocen más detalles sobre cómo el joven de 24 años preparó la masacre. James Holmes, un estudiante de doctorado de neurociencia, irrumpió en la madrugada del viernes en una sala de cine de Aurora durante el estreno 'El caballero oscuro. La leyenda renace', la última entrega de la saga de Batman dirigida por Christopher Nolan, y disparó de forma indiscriminada, matando a 12 personas.
Varios medios aseguran que el joven se había teñido el pelo de rojo y que dijo ante la policía que era el Joker, uno de los enemigos del hombre murciélago.
Según la CNN, todavía continúan hospitalizadas 19 de las 58 personas que Holmes hirió durante el tiroteo. Siete de los heridos se encuentran en estado crítico.
La fragilidad de la vida
Según la policía, Holmes compró todo su arsenal de armas de forma espaciada en dos tiendas diferentes, mientras que encargó munición suficiente para realizar 6.000 disparos a través de Internet.
"Tenía armas normales", citó 'The New York Times' al experto en Derecho Eugene Volokh. Las legislación de armamento del estado de Colorado está considerada especialmente laxa incluso para los parámetros estadounidenses.
Holmes, que fue detenido sin resistencia tras salir del cine, comparecerá por primera vez ante un juez el próximo lunes.
Un día después del baño de sangre, el cine de Aurora seguía estando el sábado rodeado por policía, expertos y periodistas.
Entre los fallecidos se encontraba la periodista deportiva Jessica Ghawi, de 24 años, quien en junio había conseguido escapar a otro tiroteo en Toronto. Tras ello, había dejado constancia en Internet de su percepción de la fragilidad de la vida y lo cerca que podía estar la muerte.